La lecto-escritura
académica es necesaria para nutrir la planificación de los procesos que
deseamos que transiten nuestros estudiantes. Por su parte, la adquisición de
lenguaje técnico específico al área de formación profesional de cada estudiante
y la mirada crítica ante la diversidad de la información irán en función a
diferentes objetivos y estrategias contextualizadas y planificadas.
Los entornos analógicos nos
llevan por caminos más simples, por así decirlo, en cuanto a la evaluación de
la confiabilidad de la información (editoriales, universidades, procedencias).
En cambio esta misma actividad en entornos digitales, requiere de criterios de
búsqueda y evaluación de los materiales, mucho más complejos.
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